Noches de Radio y de Danzón


El otro día recordé como eran las tardes en casa, la televisión se apagaba y la radio llenaba de música la casa. Ese modular que compraron mis padres, muy de los 80, después que el viejo toca discos en forma de maleta dejo de funcionar. El "Stereo" era espectacular, la barra de la sintonía se iluminaba y sus grandes bocinas sonaban como un sonido de esos que no dejaban dormir los sábados por la noche.

Mi papá volvía del trabajo, mamá preparando la comida para el día siguiente, mis hermanos volvían de la escuela; ya todos reunidos y con las actividades terminadas. Mis hermanas se turnaban el uso del radio, y quien prendía la radio a esa hora era mi Hermanita, la mas pequeña, inquieta y sonriente; así la miraba: María Elena.

A las ocho de la noche empezaba la hora del danzón en la TropiQ, escuchar esa música me pone de buenas desde entonces, el ambiente en la casa se transformaba, reinaba el sonido del maravilloso danzón, recuerdo la voz de una mujer que decía: "Pongase el frutero en la cabeza, tome a su pareja y baile al ritmo de la TropiQ"

Nadie bailaba, solo disfrutábamos del ritmo, años mas tarde mis hermanas decidieron aprender a bailar el buen danzón, y yo no podía faltar a las clases, las acompañe hasta en sus presentaciones y algunos concursos.

Que alegría recordar la casa llena de música, mi mama oía a "La India de Oriente", mi papa los domingos escuchaba la hora de Pedro Infante en "la Consentida", mis hermanos escuchaban diferentes estaciones: Radio Variedades, Radio Centro, Radio Felicidad, La Pantera, son solo algunas de las que recuerdo. En la casa nunca falto la música, alimento para el alma.

Así que "Parese a bailar... pongase el frutero en la cabeza, tome a su pareja y disfrute al ritmo de la TropiQ"


Escribir para vivir