Que increíble es vivir

Que increíble es vivir

Siempre es agradable recibir un signo de amabilidad y mas cuando vivimos en esta ciudad atrapada en la inmediatez y la idiotez. Nos olvidamos, me incluyo; olvidamos sonreír y mas sonreír a la vida.

Manejar es una actividad que cada vez resulta mas difícil, pues nadie quiere dejar pasar a nadie; parece una carrera que nadie quiere perder. Dentro de mi diario recorrido utilizo el segundo piso del periférico, de norte a sur; hay espectacular que me resulta realmente espectacular.

Al llegar aquí, soy recibido por la sonrisa de un niño, es sincera y abierta; sus ojos reflejan felicidad total. Es un espectacular, una foto, pero no importa, pues siempre me hace sonreír, me pone feliz. Tiene una nariz de payaso que me fascina y me hace reflexionar en que, no tiene prejuicio al ridículo, algo que en la edad adulta no permite disfrutar lo que realmente da felicidad.

La infancia es la etapa de la vida, donde no importa si alguien, que se dice tu amigo; no quiere prestarte su balón nuevo. Siempre habrá un amigo de verdad que quiera jugar con su pelota, puede que esta sea vieja y bastante usada, pero es muestra del verdadero sentido de la amistad.

Cuando niño, nunca te das cuenta del tiempo, no sabes de horarios, la vida esta regida por los juegos con los amigos y vecinos; por las visitas a casa de los primos o de los abuelos.

Los juegos se realizan con solo tocarse, esconderse o tomarse de las manos y correr. Sentarse frente a otro y jugar con las palmas mientras se entona una canción. Cuando eres niñ@ , puede caerse literalmente el mundo y nada ni nadie hará que quites la vista del televisor. Ver la misma película hasta aprenderte los diálogos. Inventar canciones, y repetirlas hasta el cansancio, pero el cansancio de otros que se han olvidado de ser niñ@s. Quitarle al herman@ el juguete preferido,. Correr hasta casi desfallecer. Pasar horas y horas en la bici imaginando que recorres el mundo entero. Brincar en los charcos después de la lluvia. Tomar del refresco de tu amigo con solo limpiar la boca de la botella sin tenerle asco, a ti tampoco te tienen asco. Escalar árboles. Jugar en la arena. Pintar en el piso, con un gis o algo que se parezca un juego y adueñarte de la calle. Con solo dos piedras hacer una portería. Puedes tirarte al piso a jugar hasta quedarte dormido, y todo por no bañarte, hasta que mama te lleva a la fuerza a que te bañes; y quedarte en la tina de baño hasta hacerte viejito. Una cuerda, un resorte, un bote, son elementos que complementan los juegos; la esencia esta en divertirse. Escoger la ropa sin prejuicios de moda. Aprender a brincarte los barrotes de la cama y correr hasta la cama de papa y mama.

Ahora recuerdo cuando era pequeño, podía tomar agua directamente del grifo que llenaba de agua la pileta de los lavaderos que estaban en el patio de la vecindad; que agua tan deliciosa. También recuerdo como podía llegar a mil elefantes. “Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía fue a llamar otro elefante… mil elefantes se columpiaban sobre la tela…”

L@s niñ@s ríen al día mas de 400 veces y los adultos solo 15, es para dar tristeza, jajajaja me gusta lo irónico y el humor negro y ácido; es lo que se aprende cuando ya estas en edad de pagar impuestos y tienes que pagar hipotecas. Los chistes ahora tratan de ofender. ¿Recuerdas los chistes que contabas cuando eras niñ@?

Ya cuando pasamos a ser adolescentes, como se sufre, lo haces por que no te invitan a fiestas, porque no tienes novi@, porque te sientes fe@, etc.; y un sin fin de etcéteras interminables. Mas adelante, en la adultez, no se sufre; se va mas allá: son cuentas por pagar, falta de reconocimiento en el empleo, falta de dinero, falta de amor, te preocupas porque el vecino te miro feo o no hay lugar en el estacionamiento, el trafico por las obras viales y una lista interminable de cosas que dejamos que nos aquejen; seguro cada quien tiene su lista de lo que le molesta en la vida.

Por eso, cuando me pongo furico por cosas tan insignificantes, imagino mi cara con una gran nariz roja de payaso y termino riendo de mi y de las cosas que mi adultez hace enormes y no lo son.

Dejar de sonreír nos hace duros e insensibles a las cosas simples y bellas de la vida. Por eso, siempre será gratificante encontrarse con una sonrisa que arranca una mas, ver ese espectacular me pone de buenas; algo mueve dentro de mi y me hace reflexionar sobre la vida y llego a un solo pensamiento: “Que increíble es vivir”.

Escribir para vivir